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boasondas

miércoles, 31 de marzo de 2004



Mi primer baño como padre. Y como regalo, Neptuno me ofreció unas olas más que buenas. Viento moderado del sur, con olas de cuerpo y medio. Pero Neptuno no contaba con que yo llegara en marea alta, cuando el pico ya no bombeaba con tanta calidad. Aún así verdes cucharas de agua rompían a escasos metros de la orilla. Un pico épico. Se lo agradecí disfrutando de cada serie.

Después de una hora, Neptuno debió de pensar que se había pasado con el regalo, por que empezó a meterse el viento (supongo que le habrá hecho alguna llamadita a Eolo), y lo que antes era un placer, se convirtió en un vendabal. De todas formas, prefiero una hora con esta perfección a un mes mediocre.

Hoy, en toda la costa norte a la que le beneficiaba el viento sur, el mar le hizo el mismo regalo que a mi. O eso espero.

(la foto no corresponde con el texto)

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