junio 2004

Otro mes lleno de miradas impacientes en busca de esas olas que no llegan. Pocos baños, motivados por la falta de olas, el viento molesto o los biberones.

Pero hubo un baño. Un gran baño, a principio de mes. 1,5 m. Perfecto. Con tubos preciosos que llenaban la ola de luz verde y amarilla. Con amigos y sol. Hay baños que se convierten en recuerdos para toda la vida. Que te hacen sonrerir tres años después y sentir de pronto la sal seca en la cara. Que te hacen dormir cuando estás desvelado. Fue uno de esos baños.