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boasondas

asi nos ven



"SANTIAGO: (Mirando por fin a Juan, como si lo estuviera creando con la mirada)
¿Realmente dedicaba su vida a correr olas? ¿No le daba vergüenza?

JUAN:
¿Vergüenza? Al contrario. Me da orgullo, me gusta, me pone feliz. ¿Por qué me daría vergüenza? ¿Qué tiene el surf de malo? ¿Qué tiene de malo hacer tabla en Miraflores, en Hawai, en Australia, en Indonesia, en Sudáfrica? ¡Es lo más formidable que hay! Entro al agua despacito, deslizándome, burlando las olas, me zambullo, las corto, las cruzo, las amanso, entro, entro empujado por la resaca hasta los grandes tumbos, después de la reventazón. Me monto sobre la tabla y, como un jinete que espera el disparo de la partida, voy calculando, midiendo, adivinando. ¿Cuál de esas arruguitas crecerá y crecerá y será la buena ola para bajar? ¡Ésa! ¡Ésa es! ¡Qué nervios! ¡Qué cosquillas en los músculos! ¡Qué locura del corazón! Pum, pum, pum. ¡No pierdas ni un segundo, Johnny! Me coloco en posición, espero, ahora, un manazo en el agua, ya está, me pescó, me arrastra, la agarré justito antes de reventar, salto, me levanto, me estiro, me encojo, me estiro, ahora todo es cintura, equilibrio, resistencia, inteligencia, experiencia. ¡A mí no me tumbas tú, olita! He bajado olas que podían quebrar un rascacielos, he hecho el túnel en olas que parecían cataratas, cavernas, montañas, he corrido olas que, si hubiera perdido el equilibrio, me hubieran deshecho, descoyuntado, apachurrado. He bajado olas entre arrecifes de coral, en mares con tintoreras y tiburones. Cien veces he estado a punto de ahogarme, de volverme sordo, de quedar tullido. He ganado campeonatos de surf en cuatro continentes y si no gané en Europa es porque las olas de Europa son una caquita para el surf. ¿Por qué me daría vergüenza?"

Kathie y el hipopótamo
Mario Vargas Llosa

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