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boasondas

reflexiones

Para K



(gracias a Q y a Mario Benedetti)

Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar
de la tierra todos los sentimientos y cualidades de
los seres humanos. Cuando el Aburrimiento había
bostezado por tercera vez, la Locura como siempre tan
loca les propuso: ¡vamos a jugar al escondite!.

La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad
sin poder contenerse le preguntó: ¿Al escondite? Y,
¿cómo es eso?.

Es un juego, explicó la Locura, en
el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde
uno hasta un millón y cuando yo haya terminado de
contar, el primero de ustedes que yo encuentre
ocupara mi lugar para continuar el juego.

El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la
Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó
convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la
que nunca le interesaba hacer nada.

Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no
esconderse... ¿para qué? si al final siempre la
hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy
tonto (en realidad lo que le molestaba era que
la idea no hubiese sido de ella)... y la Cobardía
prefirió no a rriesgarse.

Uno, dos tres... comenzó a contar la Locura.

La primera en esconderse fue la Pereza, como siempre
tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del
camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la
sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había
logrado subir a la copa del árbol más alto.

La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio
que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus
amigos... que si un lago cristalino para la Belleza...
que si una hendida en un árbol perfecto para la
Timidez... Que si el vuelo de una mariposa lo mejor
para la Voluptuosidad... Que si una ráfaga de viento
magnífico para la Libertad... Así terminó por
acurrucarse en un rayito de sol.

El Egoísmo, en cambio encontró un sitio muy bueno desde el principio:
aireado, cómodo... pero sólo para él. La Mentira se
escondió en el fondo de los océanos (mentira, se
escondió detrás del arco iris).

La Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes.
El Olvido... se me olvidó dónde se escondió el Olvido,
pero eso no es lo más importante.

La Locura contaba ya novecientos noventa y
nueve mil novecientos noventa y nueve... y el Amor no había aún encontrado
sitio para esconderse entre sus flores.

Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.

La primera en encontrar fue la Pereza... a sólo tres
pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la
Fé discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión
y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un
descuido encontró a la Envidia y claro, pudo deducir
dónde estaba el Triunfo.

Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite,
que había resultado ser un nido de avispas. De tanto
caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a
la Belleza, y con la Duda resultó más fácil todavía,
pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún
dónde esconderse.

Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la
hierba fresca... A la Angustia en una oscura cueva...
A la Mentira, detrás del arco iris, (mentira... en el
fondo del mar). Hasta el Olvido... ya se había
olvidado que estaba jugando a las escondidas.

Pero... sólo el Amor... no aparecía por ningún sitio.

La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo
del planeta, en la cima de las montañas, y cuando
estaba por darse por vencida, divisó un rosal y pensó:
El Amor siempre tan cursi, seguro se escondió entre
las rosas... Tomó un palo y comenzó a mover
las ramas... Cuando de pronto un doloroso grito se
escuchó... Las espinas habían herido los ojos del
Amor, la Locura no sabía qué hacer para disculparse:

lloró... rogó... pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en
la Tierra al escondite, el Amor es ciego............

y la Locura siempre lo acompaña.

MARIO BENEDETTI

buena salud y una sonrisa



Que poca importancia tienen las cosas.
Podría vivir con un trozo de pan y un vaso de agua. Con lo necesario para que mi familia fuera feliz. Con la cabeza vacia de sueños y llena de ganas de despertarme para ver la suerte que tengo. Sin metas imposibles.
Sin "voy a tener" "voy a ser" " vas a ver". Con palabras amables y de una sola dirección.
Que poca importancia tiene lo que parece más importante. Todo está en los pequeños detalles. En las sonrisas, las caricias, las miradas. No existen los nos.
Que poco importa el pasado. mi vida empieza cada día. Y cada día tengo un par de sonrisas que me recuerdan que lo tengo todo. Todo lo que me importa.

olas intermitentes







Slater, Andy y Bruce pasan la ronda. El único europeo, Eric Reberie, queda eliminado. nada nuevo ni sorprendente por ahora.

Ayer mi hija dijo “ajuuuum”. Igualita que Shekaspeare.

tescupo



Empieza el campeonato de los campeonatos. La ola que sólo un puñado de gente puede coger sin decir después “ay!!”. Estar allí y verlo en directo debe ser mejor que coger olas decentes. Se aceptan apuestas. Mi corazón dice que gana Slater, mi cabeza apuesta por Bruce Irons.

lo que no mata, engorda



Andy campbells gano 80 000 U$ con esta olita

el colorao



Hace algunos años, en un baño al mediodía con un pico algo fofo y unas quince personas para compartirlo, me di cuenta de lo importante que es el sentido del humor y saber administrarlo.

Había un chaval con la cara colorada por el frío, (aunque en verano también la tiene colorada, pero en fin) que suele estar callado y cogiendo lo que puede. No destacaba por su surf, ni por su estilo, ni por nada en realidad. El chaval no destacaba. Pero ese día tuvo algo más de suerte de lo normal y coincidió que, sin buscar ni robar la preferencia pillaba más olas que los demás. Pillaba una ola y remontaba. Cuando estaba llegando al pico, se colocaba el último en la preferencia esperando su turno y resulta que la serie le iba justo a él y sólo a él. Y si se iba a la derecha la serie, allí iba la serie. Fueron tres o cuatro olas seguidas las que le fueron directamente a su tabla.

“Hoy tiene imán el cabrón”. Pues si. Lo pensábamos todos. Pero había un tipo, (que todavía sigue rosmando por estas tierras), que no comprendía lo que estaba pasando. Que pensaba que el “tipo colorado” había conjurado un hechizo al mar para que sólo le fuesen a él las olas o algo así. Confundió suerte con robar la preferencia y empezó a gritar al pobre chaval mientras éste remontaba una ola. Yo estaba un poco apartado y casi no podía oír bien lo que se decían, pero básicamente el colorado le decía que él no estaba haciendo nada malo, que se colocaba donde tenía que colocarse, y el otro le gritaba “Ahora te vas a joder que no vas pillar una puta ola más. Se te acabó el baño. Hoy tu NO SURFEAS MÁS!!!”. Alguno le intentamos hacer comprender que no tenía razón, pero durante las siguientes dos horas estuvo intentando, en vano, seguir al pobre colorado para impedirle coger más olas, y de paso, cogerlas él. Pero el mar manda. Y manda las olas a donde él quiere. Y hoy le tocó al colorado. Así que siguió pillando olas casi sin pretenderlo.

Al salir del agua, ya cambiándonos en los coches, el colorado estaba callado. Después de unos minutos esbozó una pequeña sonrisa y dijo muy bajito pero con un fuerte acento gallego “Manda carallo. Hoy ha sido el día que más NO SURFEÉ en mi vida”

20 días de padre. 4 días de surf



No me quejo. Es más. Soy feliz. Desde que soy papá, me pasa exactamente lo que pensé que me iba a pasar cuando fuese papá: Mi vida ha cambiado. Yo he cambiado. Hago menos surf, eso es cierto, pero como tengo que escoger bien los días, para no pasarme horas mirando la costa, pudiendo estar con mi mujer y mi hija, he conseguido una “red de informadores” solidarios que me avisan del lugar perfecto en el momento preciso. Desde hace veinte días sólo me he dado cuatro baños, pero han sido todos perfectos. El mejor sin duda fue el miércoles 7 de abril. Un Doniños perfecto en marea baja/media, con un NE moderado, y bajadas de dos cuerpos increíbles, que dejaban una pared de un cuerpo pasado, noble y fácil para girar mil veces. Sol y poca gente en el agua.

Antes mi vida transcurría de la siguiente manera:
Por la mañana iba a trabajar. Si las condiciones lo permitían liaba a alguien para algún baño tempranero antes del trabajo. Quedabamos a las 7:30 si había luz. Después del trabajo, búsqueda de olas para un baño por la tarde. Después a casa. Un paseo por el bosque que hay detrás de casa si daba tiempo, un cine, pintar un poco, una cena... Los fines de semana, surf y relax.

Ahora mi vida es así:
Por la mañana, biberón y al trabajo. Después del trabajo vuelvo a casa y ayudo a mi mujer con la baby (los puntos de la cesárea la han dejado algo hecha polvo). Si todo va bien, tengo tiempo y mis informadores me confirman que está el mar muy bien, me hago alguna escapada a la playa. El fin de semana (sólo han pasado dos para saber como se van a desarrollar) cuidando a la recién nacida y pendiente del “parte de olas” Esta Semana Santa no hubo mucho mar. Ferrol estuvo bien pero muchísima gente.

Así que me queda poco tiempo para otras cosas, como escribir en este diario, cuidar el cesped o pintar. Ahora mi vida se resume en mi familia, el surf y algo de trabajo. Lo que más me apetece es que llegue el verano para llevar a Lola a la playa.

George



Conocí a George el Hawaiano en Las Maldivas. En la Isla de Lohifushi. Fuimos en Junio del año pasado unas semanas antes del O´neill Pro. Está tan lejos que si el avión se pasa, ya estás de vuelta. La primera vez que le vi fue al subirnos al barco que nos llevaba de un pico a otro, aunque los días en los que yo fui siempre acabábamos apuntándonos a las excursiones de Jails o de Sultans por las condiciones óptimas para esos picos en esos días. George iba siempre con un amigo suyo, también hawaiano.
Ese día cogimos el barco a las seis de la mañana. Era la hora perfecta, ya que los picos estaban vacíos y el viento siempre era terral. Además, volvíamos a tiempo antes de que cerraran el bufet de desayuno y poder darnos un baño en la izquierda del hotel. Para que el barco (allí se llama donhi) saliese se necesitaban por lo menos cuatro personas apuntadas. Y éramos justo cuatro. Los dos Hawaianos y los dos españoles. El viaje a los picos dura alrededor de veinte minutos y en ese tiempo se charla con los otros viajeros y se prepara el material, que consiste básicamente en darle un poco de parafina a la tabla, y ponerle las quillas, si es que no estaban colocadas ya. Entablamos conversación con los dos hawaianos y al decirles que éramos españoles se les pusieron los ojos como platos “Mundaka!!”. Pues sí. Pero nosotros somos del Noroeste. Cerca pero lejos. (para ellos vivíamos prácticamente a píe de pico). Nos dimos un baño increíble. Normalmente duran dos horas. Si te quieres quedar más tiempo hay que pagar un sobreprecio. Y nos quedamos otras dos horas. Perdimos el desayuno y nuestras mujeres se cogieron un buen cabreo (por cierto, que nadie vaya con su mujer a surfear a una isla), pero mereció la pena.
El caso es que ese baño increíble en el quinto culo con personas que venían del sexto culo fue uno de los mejores de mi vida. Y no sólo por las olas, sino por que entablamos amistad con una de las personas con la filosofía de vida más acertada que conozco. George el hawaiano es representante de Rusty en el Pacífico Sur. Además es profesor en la Universidad de Hawai y tiene una religión parecida a la budista pero que no conocía. Pacifista y bonachón.

localismo



Vaya tema el localismo. ¿Que características tiene que cumplir un surfista para ser local de una playa o zona?. La primera condición es la cercanía y surfear con regularidad el pico o picos todo el año. Entonces ¿es más local uno que viva a cinco minutos de la playa que otro que viva a un cuarto de hora?. Y ese surfista que vive enfrente del pico pero no se echa regularmente, ¿es más o menos local que el que vive a media hora y viene todos los días?.
¿Está justificado que un grupo de locales veten el pico a cualquier otro individuo o grupo de individuos no locales?. ¿Hay alguna ley, regla o norma escrita al respecto?

Yo creo que es un tema de territorios o zonas. En Galicia por lo menos la gente agrupa las olas dentro de zonas. Está la zona de Lugo. La zona de Ferrol, la zona de La Coruña/Finisterre, la Zona de muros/Noia y la zona de Pontevedra/Vigo. Si eres de una zona, eres local de esa zona y nada más. Incluso dentro del mismo territorio, eres local de una playa. Que manera más tonta de etiquetar y comprimir un deporte como el surf, cuyo espíritu es justo el contrario. La libertad. Respeta y serás respetado. Tienes derechos y obligaciones.
Pero si viene un francés a mi playa y se coloca en la preferencia después de coger una ola, me olvido del espíritu del surf, la liberad y bla, bla, bla: Ese tio ya no coge una ola más. Él mismo se ha vetado ese pico.

Pero hay algunos lugares en donde el localismo está justificado. Canarias es el mejor ejemplo de localismo radical en nuestro país. Son celosos de sus olas y seguramente han conseguido un respeto en el agua sólo igualable a Hawai, (salvando las distancias, claro). En la isla de Lanzarote es muy difícil surfear en los picos más conocidos (y brutales) si no llevas encima una alta dosis de humildad y paciencia. Y también ayuda conocer a alguien. En Tenerife hay menos localismo, (dependiendo del pico), y quizás por eso, es el destino preferido del surfer “medio”. Fuerteventura está llena de gallegos locales. Buena gente y amistosa si tú lo eres.

El localismo en sí no es malo. Lo realmente malo es el abuso que se hace de él de manera injustificada. Sé local radical si el otro lo merece. Se un buen anfitrión si el otro respeta. Tu también serás un viajero algún día No vas a surfear para salir del agua de mala hostia, sino para relajarte y soltar adrenalina en cada giro. Vive y deja vivir.

un jardín para las olas



Un poema de Alfonso cabello dedicado a sus nietos
(es un poco cursilón para mi gusto, pero...)

Tengo plantado en la mar,
un jardín de caracolas
para que vengan las olas
por la mañana a soñar.

Las olas en el jardín
de estuco y plantas marinas,
con las flores nacarinas
de color verde y carmín.

Las olas de espuma y sal,
con su suave movimiento
y la caricia del viento
que llega del litoral.

Se presentan cada día,
las olas enamoradas
de luna y sol coronadas
con su alegre algarabía.

Las olas con sus amores,
los delfines de la aurora
y el jardín que se decora
con los más vivos colores.

Las olas en la pradera
de los fondos submarinos,
con destellos matutinos
de la tibia primavera.

- Alfonso Cabello -

no pido mucho



No pido mucho
poder hablar sin cambiar la voz
caminar sin muletas
hacer el amor sin que haya que pedir permiso
escribir en un papel sin rayas.
 
O bien si parece demasiado
escribir sin tener que cambiar la voz
caminar sin rayas
hablar sin que haya que pedir permiso
hacer el amor sin muletas.
 
O bien si parece demasiado
hacer el amor sin que haya que cambiar la voz
escribir sin muletas
caminar sin que haya que pedir permiso
hablar sin rayas.
 
O bien si parece demasiado…

momento



Según me han contado, en ese momento estaba perfecto.

En ese momento había nordeste moderado y la marea estaba casi baja.

En ese momento rompían dos metros y había muy poca gente en el agua.

En ese mismo momento salió el sol después de estar toda la noche lloviendo y no dejó de brilla en los siguientes días, cuando en el resto de España estaba en alerta por fuertes lluvias.

Supongo que en ese momento, millones de personas estarían riendo, y otros tanto estarían llorando. Unos estarían haciendo el amor y otros lavando platos, tomando el sol o viendo la televisión.

Fue sólo un momento que se paró el tiempo. Un momento perfecto. Y en ese preciso momento, en ese instante, nació Lola.

Y desde ese momento soy papá.

El Pico de Sabón tiene los días contados


Plano del nuevo puerto exterior. En la parte de abajo aparece la playa de Sabón


Vista aérea con una simulación del puerto exterior y como quedará Sabón escondida de los swells


Pico sur de Sabón. En los terrenos del fondo se va a construir el puerto exterior

El nuevo puerto exterior de La Coruña va a suponer riqueza, progreso, desarrollo y trabajo para la ciudad y su entorno. Pero para los surfistas locales va suponer la desaparición de uno de los mejores picos de la zona, la degradación del medio ambiente y la contaminación de las playas en varios kilómetros a la redonda. (Como ya ocurrió en el puerto de Bilbao, Oporto, etc). Los intereses de una pequeña comunidad no pueden estar por encima del interés general. Si Galicia fuese Costa Rica la presión que podría ejercer un surfista en contra de esta obra sería mayor. Pero aquí el desarrollo industrial está por encima del desarrollo medioambiental e incluso está reñido con él. Los países que realmente están a la vanguardia industrial son aquellos que consiguen un equilibrio entre progreso y calidad de vida. Y no cabe duda de que la calidad de vida tiene mucho que ver con el aire que respiramos.

A nosotros nos quedan todavía unos cuantos años para disfrutar esta increíble ola, pero a nuestros hijos vamos a tener que enseñarles las fotos. Una pena.

Más información aqui

Voy a ser papá





Una vida. No hay palabras. No se muy bien que escribir. Que ya casi está aquí.Que voy a ser papá dentro de muy poco. Días. Horas. Que ahora no hay nada más importante. Que me tiembla la voz cuando vemos su imagen en las ecografías. Que a veces, cuando se mueve y pongo la manos en la barriga de su madre, noto sus pies, sus manos, sus rodillas, y el mundo se para. Que todos los problemas desaparecerán cuando nazca. Que me imagino embobado, mirándolo durante horas, mientras me llegan mensajes al móvil “esta perfecto. 2m. Ven ya”.

Debajo de un brazo traerá un pan y debajo del otro, una tabla. Si dejo de escribir durante unos días, que nadie se extrañe; Ya habrá nacido y yo estaré atontado.

mañana



En algún lugar de los Estados Unidos se celebra un concurso literario de lo más interesante. Se trata de descubrir cual es el PEOR comienzo de los libros publicados durante el año. Este certamen ya tiene sus años, pero todavía no han conseguido superar aquel “Era de noche, y sin embargo llovía”.

Pues bien: Mañana es festivo en Galicia, y sin embargo va a llover. Y la lluvia viene con el viento Sur cogido de la mano y le dice “ahora juega por aquí un par de días”. Y el viento Sur ordena las olas en donde yo vivo.

la fina línea



Hace ya algún tiempo que se ha creado una nueva moda en California: El surf nocturno con la única luz de la luna llena. En la revista Surfer hay un apartado fijo llamado “Curious Cave”. Se trata de un reportero muy cachondo que va por toda la costa oeste, pico por pico haciendo preguntas a los surferos. Un buen día se presentó a medianoche en medio de un baño bajo la luna llena e invitó a los que allí estaban a que relataran su experiencia. Casi todos los entrevistados hablaban de vivir experiencias nuevas y únicas, de la esencia del surf, de la pureza e influencia de la luna, de la inspiración nocturna... Frases relacionadas con el misticismo del surf y la libertad.

Un chico de unos treinta años dijo “Hoy vine a las 4 de la tarde y estaba perfecto. Había 100 personas en el pico y no cogí ninguna ola. No me quedó más remedio que venir ahora si quería quitarme el mono. Un señor de 60 años casi me abre la cabeza con su tablón y me salvé porque me vio en el último momento gracias a que yo estaba en medio del reflejo de la luna en el agua. Prefería estar en casa durmiendo abrazado a mi mujer. Además, mañana tengo trabajo y me va a costar un huevo levantarme”

¿Donde está el límite entre la verdadera esencia del surf y nuestras obligaciones de la vida? ¿En que momento dejamos de ser “auténticos surfers” para convertirnos en vulgares? ¿Podemos elegir?

take it easy



Nunca tenemos suficiente. Podemos estar tres horas en el agua cogiendo olas perfectas, disfrutando cada segundo. Podemos darnos el baño de nuestra vida. Escuchando música en cada giro, y grabando en nuestra retina la luz que se filtra por el agua en ese increíble hueco. Podemos volver al pico remontando con una sonrisa en la boca y las piernas temblando. Podemos....

Pero al salir del agua, al poner el pie en el suelo, ya estamos pensando en el siguiente baño. No digo que no disfrutemos en el recuerdo el que acabamos de tener, que no cabe duda de que lo hacemos, sobre todo si hay gente que quiere escucharlo. Pero ya queremos más. Estamos enganchados y cuanto más tenemos, más queremos. Es la enfermedad más sana que existe.

Noroeste



Cuando hay noroeste no existe el surf. Se pueden contar con los dedos de una mano los picos que funcionan bien con noroeste, y para eso tienen que coincidir otros importantes factores como el tamaño y dirección del mar, el coeficiente de marea...
Hoy no hay surf en Galicia, en Asturias, en Cantabria, en el Pais Vasco...
Hoy miles de trajes se quedan secos, miles de miradas hacia el horizonte del mar, hacia las banderas que estan colocadas cerca de casa, hacia las nubes. "Mierda, hay Noroeste" Todo se para. No queda opción. Vete a casa.

Todo son preguntas



Cómo es posible tanto horror.

Qué hacen, con quién viven, quienes son sus amigos.

¿Tienen hijos, padre, madre?, los causantes de tanto horror.

¿Se miran al espejo? ¿Se miran las manos?

¿Miran a los ojos de la gente con la que se cruzan?

¿Parten el pan con esas mismas manos?

¿Ayudan a cruzar a los ancianos en los semaforos?

¿Acarician, hacen el amor?

¿Lloran?

-Victor Manuel-

me gusta el naranja



Las hormigas que empezaban a recorrer el interior del estómago a medida que nos acercábamos a la playa aparecen últimamente mucho antes. Simplemente mirando en el ordenador los colores que dibujan los swells empezamos a ponernos nerviosos. De verde oscuro a granate intenso. De quedarse en casa a buscar picos escondidos en las rías donde no esté desfasado.

¿Pierde el surf su esencia con esta ayuda virtual? Puede. Pero de lo que no cabe duda es que gracias a estos colores, las flechas que marcan la dirección del viento, las surfcams, las tablas de mareas, etc, puedo decidir si mañana voy a surfear temprano o me quedo con mi familia.